jueves, 7 de agosto de 2014

¿PORQUE ES NOCIVO EL CELULAR PARA LOS NIÑOS?



Cuando éramos pequeños, antes de la era digital, nuestra manera de pasar el tiempo podía tratarse en jugar con hermanos o primos a las escondidas, a correr para que no nos alcanzaran, a las damas chinas o inglesas, ajedrez; veíamos la televisión en época de vacaciones; quizá le marcábamos por teléfono a algún amigo; hacíamos manualidades o inventábamos juegos; andábamos en bicicleta con los vecinos y hasta tomábamos agua de la llave. En la actualidad, muchos niños de apenas diez y once años, juegan, a todas horas, con sus teléfonos inteligentes; en sus horas de ocio, disfrutan de jugar videojuegos con diferentes tipos de consolas; incluso, con sus respectivas cuentas en redes sociales.
Este cambio generacional ha provocado una interrogante acerca de las implicaciones de la tecnología en nuestra vida. Por un lado, es imposible negar los beneficios que hemos recibido gracias a ella: desde la comocidad de un hogar con refrigerador hasta avances importantes en el rubro médico. Por el otro, el abuso de ésta ha requerido una atención sobredemandante, descuidando por consiguiente a otras áreas de nuestras vidas: la social, la familiar, la de pareja, la profesional, etcétera.
Por consiguiente, diversos investigadores de la salud han tratado de explicar cuáles son los ecos de esta introducción, casi salvaje, de la tecnología inteligente en nuestras vidas. Uno de los estudios, de la American Academy of Pediatrics y de la Canadian Society of Pediatrics, señaló la influencia negativa del abuso de la tecnología (teléfonos móviles, tabletas, videojuegos, Internet, televisión) en niños menores de doce años; les compartimos las diez consecuencias que, de acuerdo con esta investigación, los niños pueden llegar a experimentar:

1.      Crecimiento cerebral demasiado rápido. Desde que el individuo nace hasta que cumple 21 años de edad, su cerebro se encuentra en constante desarrollo e incremento de tamaño. El estudio señala que un crecimiento prematuro puede deberse a la presencia o ausencia de un estímulo ambiental; en el caso de la sobreexposición a la tecnología, este desarrollo se ve afectado en problemas de aprendizaje o berrinches (Small, 2008; Pagini, 2010).
2.       Retraso en el desarrollo. El abuso de la tecnología llega a implicar cierta inactividad corporal, provocando un retraso en el desarrollo de conexiones neuronales y, a su vez, en el proceso de aprendizaje académico. (Rowan, 2010).
3.       Epidemia de obesidad. De acuerdo con Tremblay (2005), tanto el uso de la televisión como de los videojuegos están relacionados con el incremento de este desorden alimenticio; provocando entonces que el 30% de los niños con obesidad desarrollen diabetes o, en un futuro, problemas cardíacos (Center for Disease Control and Prevention, 2010). Incluso, el profesor Andrew Prentice, expuso en 2002, en BBC News, que las generaciones del siglo XXI serán las primeras en no sobrevivir aquellas de sus padres.
4.      Privación de sueño. Del 60% de los niños que no son supervisados durante el uso de la tecnología, el 75% lo utilizan dentro de sus recámaras hasta altas horas de la noche (Kaiser Foundation, 2010). Por consiguiente, niños entre 9 y 10 años puedan verse afectados en su desempeño académico.
5.      Desórdenes emocionales. El abuso de la tecnología puede ser uno de los factores desencadenantes de trastornos como depresión, ansiedad, bipolaridad, problemas de conducta, entre otros (Bristol University, 2010).
6.      Agresividad. Científicamente se ha comprobado que, ante una experiencia visual, el niño puede revivir lo que observa; en especial, ciertos patrones de agresión (Anderson, 2007). Tanto los niños como los jóvenes están expuestos constantemente a violencia física y sexual en el mar de Internet y de programas de televisión. En consecuencia, se ha reportado un incremento en la reclusión de adolescentes quienes no controlan su agresión.
7.      Demencia digital. El contenido en Internet está en un constante y rápido cambio, generando un problema en la concentración y memoria del niño, debido al exceso de estímulo en la corteza frontal del cerebro (Christakis, 2004; Small, 2008).
8.      Adicciones. Parece un círculo vicioso: mientras que los padres se aferran al (ab)uso de la tecnología, los hijos resienten la soledad y también se acercan a los dispositivos móviles; generando una cierta adicción (Rowan, 2010). De hecho, uno de once niños (entre 8 y 18 años) son adictos a la tecnología (Gentile, 2009).
9.       Emisiones a la radiación. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (WHO), los celulares y otros dispositivos de Internet inalámbrico, forman parte de la categoría de riesgo 2B; es decir, debido a la constante emisión de radiación que generan, son un posible factor cancerígeno. James McNamee, explicó en 2011: “Los niños son más sensibles que los adultos a los diversos agentes que pueden afectar a su desarrollo cerebral y del sistema inmunológico, por lo que no se puede decir que el riesgo es similar para un adulto que para un niño.” Por el otro lado, Dr. Anthony Miller, de University of Toronto’s School of Public Health, recomendó en 2013 cambiar los datos de 2B (posible cancerígeno) a 2ª (probable cancerígeno).
10.                    No es sustentable. La manera en que los niños fueron criados y educados con la tecnología ya no está siendo sustentable (Rowan, 2010). De acuerdo con la autora, los niños son nuestro futuro, pero no hay un futuro para niños que abusan de la tecnología. Razón por la cual, es necesario un programa de prevención y reducción del uso de la tecnología.
La American Academy of Pediatrics y la Canadian Society of Pediatrics recomiendan que: los bebés recién nacidos a dos años no deberían estar expuestos a cualquier tipo de tecnología; mientras que aquellos de tres a cienco años podrían utilizarla máximo una hora al día; y entre seis a 18 años, a dos horas al día (APP, 2001/13; CPS, 2010).