CONSEJOS PARA TARTAMUDEZ
- No reaccionar mal ante el niño que tartamudea: no manifestar ningún signo (verbal o no verbal) de impaciencia o ansiedad.
- Saber escuchar al alumno sin darle prisa.
- No se debe reñir, censurar o criticar ni ridiculizar.
- Darle tiempo para hablar, para que acabe la frase, para que pueda expresar cómodamente el mensaje. No adelantarse adivinando continuamente lo que va a decir, ni acabar las frases en su lugar.
- No interrumpirlo cuando habla ni dejar que lo hagan los otros. Respetar los turnos de palabra.
- Hablarle con frases cortas y con un lenguaje fácil, es decir, adecuado a su edad.
- No decirle: “para, vuelve a empezar”, “habla despacio”. Esta clase de correcciones aumentan la tensión. Ofrecerle un modelo de habla más lenta y pausada y reforzarle cuando lo imite y lo haga.
- Formularle las preguntas una a una y sólo las necesarias.
- Utilizar, simultáneamente la comunicación no verbal: mirarlo, tocarlo, aceptarle juegos no verbales.
- La disfluencia puede pasar inadvertida en la escuela porque el alumno no fluyente, no habla o lo hace poco.
- Darle conversación y animarle a hablar en situaciones de no tensión.
- Comentar lo que ve en la televisión, hablarle de cosas que le interesen leer cuentos junto con el niño, haciéndolo despacio, con pronunciación clara y frases sencillas.
- Procurar que cada noche se acueste contento y relajado.
- Hablarle frecuentemente y sin excesiva rapidez.
- Enriquecer su vocabulario.
- Hablar con tranquilidad articulando bien y ligando las Palabras en frases.
- No hacer repetir cuando ha “tartamudeado”.
- Mantener una estabilidad emocional, evitando situaciones de tensión en el aula y en la casa.
- Crear un clima de seguridad y comprensión en torno al niño/a .
- Evitar que tome conciencia de su habla.
- Evitar actividades sobreprotectoras, demostrándole cariño y comprensión.
- Hacerle repetir poesías con ritmo junto a otros niños/as
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